Estoy desaparecida. Puede que penséis que me ha dado por hibernar, que me he dedicado a recoger frutos y me he largado a una cueva a esperar que llegue de nuevo la tan ansiada primavera. Porque sí, odio el invierno y le tengo manía al otoño porque es el culpable de que se acabe el verano.
Y aunque no sería mal plan lo de pasarme unos 5 meses durmiendo, la verdad es que nada más lejos de la realidad. Ha coincidido el comienzo del curso en mi trabajo (que es un horror) con el comienzo de unos estudios a distancia que estoy haciendo (que hasta que le coja el truquillo me lleva mucho tiempo) y un montón de planes personales. Luego habrá meses que no tenga ni un solo plan y me aburriré como una ostra, qué le vamos a hacer!
Por eso el blog (y toda mi vida “online”) se ha visto afectado y no he podido escribir nada hasta ahora. Y eso que tengo un recetón que me muero de ganas de compartirlo!!
Para compensar, os traigo una mermelada muy original y deliciosa que, además, no lleva azúcar. Menos calórica y más saludable que las mermeladas tradicionales, pero igual de buena. Podéis adaptar la receta a cualquier otra fruta y así elaborar mermeladas sin azúcar, para comer sin tanto remordimiento y para que las personas diabéticas o que tengan que cuidarse también puedan disfrutarla.
Como sabéis, vivo en un pueblo y eso es una maravilla porque puedo disfrutar de frutas y verduras naturales, de las de verdad. Ahora, por ejemplo, es época de recoger manzanas. Como dije en
Instagram, las manzanas de verdad son feas:
Ahí donde las veis, tan feuchas y pochas, les dan mil vueltas a las manzanas de los supermercados, esas que son tan grandes, tan verdes, tan brillantes y perfectas…y que luego no saben a nada. Estas son pequeñas y feas, pero tienen un sabor muy intenso. ¿Lo malo? Que te encuentras de golpe con un montón de manzanas y no te da para darles salida!! Así que una buena opción, sobre todo para las que están golpeadas y hay que comerlas rápido porque si no se estropean, es hacer mermelada.
Pero me apetecía hacer una mermelada con un toque diferente, así que se me ocurrió usar bayas de saúco. El saúco es un árbol pequeño que da unos ramilletes de flores blancas con un olor delicioso y luego a finales de verano esos ramilletes se llenan de bayas color granate muy oscuro, casi negro (se ven en las fotos). Además de los usos medicinales de la corteza, las flores sirven para hacer una especie de champán (ya os enseñaré cómo) y las bayas, al contrario de lo que creen los pueblerinos, no son tóxicas y sirven para hacer zumo, mermeladas, comerlas tal cual,…
La idea de hacerla usando
Truvia (es una marca de endulzante a base de stevia) me vino cuando me llegó mi Degustabox de septiembre. Entre todos los productos que venían había un paquete de Truvía, así que me pareció que podíaprobar a usarlo a ver qué tal salen las mermaldas así. Y la verdad es que el resultado ha sido estupendo, queda igual de bien que la mermelada tradicional, pero con muchas menos calorías y más sañudable
Mi miedo era que no quedara bien de textura o de sabor, pero nadie diría que no lleva azúcar. Eso sí, hay que tener en cuenta que la función del azúcar en las mermeladas es triple: endulza, conserva la fruta y da textura. La función de endulzar la hace la propia stevia; la de conservar, si hacemos bien el vacío a los botes (luego os digo cómo) y la de la textura hacemos una pequeña trampa usando agar-agar.
Por cierto, si no sabéis qué es la Degustabox, es una caja que todos los meses manda de 10 a 15 productos, muchos de ellos nuevos en el mercado. Aunque yo hay algunos de ellos que no puedo comer porque llevan lácteos (suerte para mi chico que así se los come sólo él), también descubro productos sin lácteos que no conocía.
Si os animáis a probar, la primera caja os puede salir por 9,99€ en lugar de los 14,99€ que cuesta normalmente introduciendo el código SUQS4 a la hora de apuntaros en su página. Para saber más, pasaros por su Facebook, su Twitter o su Instagram y veréis también un montón de recetas.
MERMELADA DE MANZANA Y SAÚCO SIN AZÚCAR
Inspiración: yo misma.
Dificultad: fácil, aunque largo.
Tiempo de preparación: 1 hora.
Alérgenos: —–
Ingredientes
- 500 g. de manzanas ya peladas y descorazonadas
- 500 g. de bayas de saúco desgranadas
- 150 g. de stevia granulada (yo usé la marca Truvia)
- el zumo de 1 limón
- canela al gusto
- 200 ml. de agua (usaremos 100 y 100)
- 2 g. de agar-agar
Preparación
1.- Pelamos y descorazonamos las manzanas y es ahora cuando las pesamos para coger 500 g. Troceamos en cachos pequeños y las ponemos en una cazuela amplia junto con el zumo de limón. Esto ayudará a que no se oxiden y aporta pectina, que es una sustancia que ayuda a que las mermeladas cuajen.
2.- Ponemos la cazuela de las manzanas a fuego bajo (mi vitro tiene 6 niveles y lo puse en el 2) y añadimos 100 ml. de agua.
3.- Mientras se van haciendo las manzanas, desgranamos las bayas de saúco. Cuando están maduras es muy fácil, ya que se caen solas. Tenemos que tener cuidado con que no nos caigan ramitas o bayas “pochas”.
4.- Cuando la manzana esté bastante blanda ya (unos 10-15 minutos), añadimos las bayas de saúco y la stevia. Removemos bien con una cuchara de madera.
5.- Disolvemos el agar-agar en los 100 ml. de agua que nos quedaban y lo añadimos a la cazuela, mezclándolo bien. Añadimos también canela en polvo al gusto.
6.- Dejamos cocer todo, removiendo de vez en cuando, hasta que adquiera textura de mermelada. Más o menos unos 30 minutos.
7.- Cuando ya esté, la podéis embotar sin más si os gusta la mermelada con tropezones. Si la preferís más fina, le pasamos la batidora.
8.- Aún en caliente la pasamos a los botes de cristal que tendremos preparados. Cuidado de no quemaros!
9.- Colocamos los botes boca abajo para que se haga el vacío.
Consejos:
- podéis usar esta fórmula para cualquier fruta y así preparar mermelada sin azúcar del sabor que más os guste.
- podéis variar un poco la cantidad de stevia para que esté más o menos dulce. Con la cantidad que os doy queda muy bien, dulce pero sin pasarse.
- es importante que la fruta esté madura para que el sabor de la mermelada sea bueno.
- el agar-agar cumple la función de dar textura a la mermelada. Tened en cuenta que para esta mermelada, si la hubiese hecho con azúcar, tendría que haber usado por lo menos 750 g. y eso hace que quede densa. Al no usar esa cantidad, el agar-agar le va a dar esa consistencia.
- en lugar de canela en polvo, podéis usar una ramita de canela. poniéndola a cocer desde el principio con la manzana y retirándola al final. También podéis prescindir de la misma.
- para que se conserve bien esta mermelada, como no lleva azúcar, es muy importante usar tarros esterilizados, hacer bien el vacío y cocer los botes al baño maria una vez llenos. En este post os explico detalladamente esos pasos para lograr conservar bien los botes.
- si no queréis conservarla o si queréis consumir alguno de los botes pronto. hay que esperar hasta el día siguiente, para que se asiente la textura.

Ya veis que es un proceso que parece bastante laborioso, pero al final no lo es tanto y el resultado merece la pena. Es una manera de aprovechar la fruta de temporada y de poder disfrutarla durante todo el año, además de manera saludable para los desayunos o postres. Espero que os animéis a probar las mermeladas sin azúcar porque os van a sorprender gratamente.
A ver si ya poco a poco voy organizando bien mi tiempo y vuelvo a publicar más a menudo 😉
Muás
Iratxe
Las manzanas se recogen en otoño y las bayas de saúco en primavera/verano,no veo manera de conjugar ambas como fruta de "temporada"
Hola! Gracias por tu comentario. No sé en qué zona vives, pero yo vivo en el norte, en el País Vasco. Aquí el saúco florece en mayo/junio, que es cuando yo aprovecho para recoger flores para preparar una bebida. Las bayas del saúco se recogen en septiembre y coincide con la época de recolectar manzanas. Por lo que, por lo menos aquí, son dos frutas que coinciden en temporada.
Si en tu zona no coinciden porque el saúco va más adelantado, tampoco es incompatible con la manzana, ya que las manzanas a día de hoy se encuentran todo el año en las tiendas. Y si son las manzanas recolectadas en casa, si se conservan debidamente aguantan muchos meses.