Hace un tiempo que publiqué un post para explicar la diferencia entre intolerancia y alergia. Aunque son dos términos distintos, a día de hoy es mucha la gente que los confunde aún.
En esta ocasión voy a escribir sobre la diferencia entre lácteos y lactosa. También son dos términos muy diferentes y que no se deberían confundir, es como si confundiéramos el huevo con la gallina, pero por mi experiencia veo que mucha gente los confunde. Es curioso, porque no te das cuenta de la carencia de información que hay en general en la sociedad en relación a las alergias e intolerancias alimentarias hasta que no te detectan un problema a ti o a alguien de tu entorno.
Muchas veces a lo largo de este año y pico que llevo ya de alergia a la alfa-galactosa; que me impide comer nada que venga de un mamífero, incluídos lácteos; he tenido que oir frases del tipo:
“¿Alergia a los lácteos? Pues toma yogures o leche sin lactosa, que ahora hay mucha variedad.” Esto…
“–¿Tenéis leche de soja? –No, pero tenemos sin lactosa, que también te vale.” Ajá…
“–Eso no puedo comer porque tiene mantequilla. –Anda, ¿Qué eres, celiaca?” Esta ya es de traca.
Por ello, y aunque parezca algo de perogrullo, voy a arrojar un poco de luz sobre el asunto para que quede clara la diferencia que hay entre lactosa y lácteos. De forma breve y concisa, sin enrollarme demasiado y para que se entienda bien. Si queréis explicaciones más técnicas o científicas, siempre podéis buscar en google.
Lactosa
La lactosa es un azúcar que está presente en la leche y en todos sus derivados. Para digerirla, el cuerpo fabrica una enzima que se llama lactasa, que es la encargada de romper la lactosa para que el cuerpo la pueda aprovechar. Como veis en la foto, la lactosa está compuesta de dos azúcares básicos: galactosa y glucosa unidos. La enzima lactasa rompe esa unión.
La gente que tiene intolerancia a la lactosa es porque su cuerpo no genera suficiente (o nada) lactasa, por lo que cuando comen lácteos (o productos que lleven lactosa) se les indigestan, les cuesta mucho digerirlos o incluso no pueden, lo que les genera problemas gastrointestinales varios.
A día de hoy, existen unas pastillitas de lactasa, que suplen esa función que el cuerpo no hace. Cuando alguien con intolerancia a la lactosa tiene, por ejemplo, una celebración o una ocasión especial y quieren comer tarta o poder comer de todo sin miedo, se toman una de estas pastillitas y les ayuda a poder digerir la lactosa sin problemas. Pero esta pastilla sólo sirve para la gente que no puede digerir la lactosa, no sirve para las alergias a los lácteos. Lo digo porque en más de una ocasión me han mentado dicha pastillita, como sugiriéndome que me la compre…
Lácteos
Así, en genérico. La palabra lácteos se refiere a la leche y a todos sus derivados. Puede ser leche de vaca, de oveja, de cabra o de cualquier otro mamífero (en algunas culturas se consume leche de búfala, de camella,…).
Los derivados de la leche incluyen todos los productos que se obtienen a través de procesar la leche cruda de diversas formas. Pueden ser fermentados o no, pero incluyen una amplia variedad de productos: nata, mantequilla, suero de leche, leche evaporada, leche condensada, dulce de leche, queso, kéfir y yogures.
Vamos, que los lácteos suponen un montón de productos de consumo habitual y frecuente.
¿Y los lácteos “Sin lactosa”?
Bien, esto daría para otra entrada pero no me voy a enrollar. Resumiendo, los lácteos “Sin lactosa” que se ven cada vez más hoy en día son lácteos a los que se les ha extraído la lactosa para que las personas intolerantes puedan tomarlos sin problema… o eso es lo que nos hacen creer. Bendita publicidad engañosa.
Realmente los lácteos sin lactosa no son lácteos a los que les han extraído ese azúcar. Buf! Demasiado trabajo. En realidad son lácteos a los que les añaden la enzima lactasa, para que haga el trabajo de romper la lactosa en los dos azúcares básicos de los que está compuesta, que esos el cuerpo sí puede digerirlos. Por eso la leche sin lactosa sabe más dulce que la normal, porque en lugar de lactosa tiene más galactosa y glucosa, que son azúcares simples que le dan más dulzor.
Pero los productos sin lactosa siguen siendo lácteos. El hecho de quitarles (o de camuflar) la lactosa no hace que dejen de ser lácteos. Siguen teniendo el resto de componentes que tienen todos los lácteos. Por lo que siguen teniendo proteína de leche (a la que hay mucha gente que es alérgica) y siguen teniendo alpha-galactosa, que es el azúcar que me da alergia a mí.
Así que cuando alguien diga que no puede tomar lácteos, no le recomendéis que tome leche o yogures sin lactosa. Si ha dicho “lácteos” quiere decir que su problema no es la “lactosa”. Espero que este post ayude a resolver alguna duda o por lo menos a ir poco a poco concienciando y aportando información a un tema que, aunque cada vez es más conocido, aún hay mucho desconocimiento por parte de la población en general.
Muás
Iratxe
Y el "si por un poquito tampoco te va a pasar nada" (yo tengo intolerancia a la lactosa y alergias a muchos alimentos, pero lo que dices, desinformación generalizada).
Pues sí, y mira que hoy en día con todos los recursos que hay no debería haber tanta "ignorancia". En fin…
Muy clarificador el post, Iratxe. Coincido contigo en que con la cantidad de información que hay, es increíble que la gente no tenga ni idea. Yo me encuentro con muchas frases de este tipo por la diabetes tipo 1 de mi hija, aunque entiendo que hasta que no estás en este mundo, hasta que no te toca, no sabes lo que es. Claro que también pienso, que antes de soltar perlas como éstas, podrían preguntar directamente y ya está. 😉
Besos.